sábado, 29 de octubre de 2011

Día 21: Cartagena

Más paseos por la ciudad. Nuestro barrio, Getsemaní, y el centro histórico, los tenemos ya bastante pilotados. Y es que, realmente, su extensión no es muy grande, en una mañana te puedes dar un paseo y recorrer todo el centro sin problemas. Es verdaderamente muy bonito. Todas las calles y las casas del centro son de tipo colonial, y están muy bien conservados. Prácticamente, cada calle, cada casa, cada esquina, cada puerta o balcón, son dignos de foto, incluso de postal de vacaciones. A veces me parece que estoy en Disneyland, de lo bien y bonico que está todo en esta parte de la urbe.

Diría que el adjetivo para esta ciudad es agradable. Agradable para la vista; agradable por el clima (temperatura perfecta, aunque estamos teniendo mala suerte con la lluvia); agradable por la extensión de la ciudad (es muy manejable); y agradable por el estilo de vida, porque se les ve a todos como muy relaxados, mucho más que en Bogotá. Y tiene playa. Y eso, amigos, siempre aporta varios minipuntos ganadores. A Anita le ha encantado especialmente Cartagena. Dice que podría vivir en ella. Está in love con la ciudad. ¡Creo que ha tomado fotos de todas y cada una de los cientos de puertas y balcones del centro de la ciudad!

Hoy también hemos visitado el castillo de San Felipe, construido por los españoles en el siglo XVI (creo), y reconstruido varias veces debido a los ataques de los piratas de la época, entre ellos el mítico Francis Drake. Cartagena era el puerto de salida hacia España, y el lugar donde se iba acumulando todo el oro que los españolitos les robamos a los indígenas, por eso la ciudad sufrió tantos asedios. El castillo no está mal, pero esperábamos más por el precio pagado de la entrada, y por lo que ponía en la guía de Lonely Planet (esa guía es el Santo Grial. De hecho es el quinto miembro del equipo. Sin ella estamos perdidos, y si pone que hay que probar la mierda de los perros de Cartagena porque tiene un sabor especial, caquita que nos comeremos).

Sigue lloviendo, así que no estamos practicando nada la playa. Una pena, porque debe de haber unas islitas cercanas que deben de ser una delicia. Pero pagar el barco hasta allí, y que haga un día de mierda, no merece la pena. ¡Y es que hay que ahorrar plata!


   

2 comentarios:

  1. Respecto de la Guia, recuerda lo que dice Van; "no gurus, no methods, no teachers..."

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