Otro día muy tranquilo. Paseamos por el centro histórico de la ciudad. Por la tarde-noche, los chicos damos un garbeo por la Zona Rosa de Cartagena (en Colombia llaman así a la zona de marcha de la ciudad. Todas las ciudades tienen su Zona Rosa), pero es demasiado pronto y no hay ni Puskas. Es domingo, pero el lunes es festivo y suponemos que habrá algo de rumba. Aunque la verdad es que no tenemos un gran espíritu de farra estos días; la fiesta del viernes, al final fue un trullo, y ya habrá lugares mejores para salir y pasarlo guapi. Y, de hecho, por la tarde nos hemos puesto bastante cieguetes gracias a los Coco Locos que nos hemos fabricado nosotros mismos en el hostal. Receta estelar: coco abierto por su parte de arriba, con su propio juguito, le añadimos un batido consistente en leche, hielos, plátanos y ron. Suena chungo, pero el invento está cojonudo y nos pegamos la tarde en la azotea del edificio, coco arriba, coco abajo. Y pega fuerte la movida: un viejo que nos ha visto el ron por la calle nos ha dicho que es el peor ron ever, pero es que era el más barato. Realmente, si no añades todos esos ingredientes al roncito, es asqueroso.
El tiempo no nos está acompañando en esta ciudad. Está lloviendo todos los días e incomoda el salir a la calle y pasear, y no porque haga frío, para nada, pero las calles se inundan rápido y con facilidad, y es un coñazo pasear así por ellas.
Cuidado con los matarratas.
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