Despu'es de M'exico nos tocaba el gran cambio del viaje, una especie de ecuador: pasar de un continente a otro, de Am'erica a Asia. Realmente para nosotros, y ya lo hab'iamos comentado, era como un nuevo viaje, otro diferente. Un nuevo comienzo.
El caso es que nuestro vuelo programado era de DF a Bangkok, Tailandia. Pero dicho vuelo ten'ia que hacer dos (benditas) escalas: una en Dallas y la otra en Tokio. Dallas, y Tokio!!! Fue ya lo que nos faltaba: ten'iamos vuelos gratis a USA y Jap'on!! As'i que decidimos aprovechar esa suerte y pasar unos d'ias en los States y en la capital del Sol Naciente, retrasando nuestros dos vuelos de escala durante unos d'ias, sin tener que pagar ni un euro m'as por ello. Fatal!! En una sola semana estuvimos en M'exico, USA y Jap'on. Lo escribo, varios meses despu'es, y todav'ia me cuesta asimilarlo. Pero antes de hablar de Asia, vamos con los yankees!
Llegamos al aeropuerto de Dallas, y r'apidamente nos dispusimos a alquilar un coche para llegar a nuestro objetivo: la singular e inimitable ciudad de Las Vegas!! Quer'iamos un Cadillac descapotable (el rollico en este pa'is era fliparse, sabes?), pero el presupuesto nos dio para una van familiar de marca Dodge. Mucho glamour para pasearnos por la highway no ten'ia, no. Pero eso s'i: sitio de sobras para los cuatro y nuestras mochilas y c'omoda de pelotas. Nada que ver con los apretad'isimos viajes en coche de Argentina o Chile.
Fueron unas 18 horitas de viaje, s'olo parando para poner gasofa y para comer y cenar. Surcamos los estados de Texas, Nuevo M'exico, Arizona y Nevada. Pasando muy cerca de sitios m'iticos como Memphis, Alburquerque (Breaking Bad) o Vernon (cu'antas millones de veces has escuchado el nombre de esa ciudad en pelis norteamericanas sin tener ni idea de d'onde se encontraba???!!), y por lugares de nombre tan freak como el pueblo Two Guns o la Meteorit Crater Road. Un viaje muy guapo. Vimos el amanecer en el desierto de Nevada, que es mucho m'as desierto de lo que yo me hab'ia imaginado. Es incre'ible c'omo han conseguido montar esa ciudad, Las Vegas, en mitad de la nada. Y, finalmente, llegamos a nuestro destino. Las Vegas, baby!!! Y s'i: es tal y como te la hab'ias imaginado; es como lo que has visto cientos de veces en las pelis de Hollywood. De d'ia te impresiona, pero de noche te deja aturdido, alucinado, enganchado...
Las calles de la ciudad estaban limp'isimas (y lo poco que vimos de Dallas despu'es, tambi'en). Todo perfecto: las paredes, jardines, suelos, fachadas, columnas y esculturas, todos ellos impecables, impolutos. Es como otro mundo, como si estuvieses en el rodaje de un pel'icula, o como si paseases por las calles de EuroDisney. Las Vegas es la DisneyLand del vicio. Cuando vas viendo las fachadas que se han montado los grandes casinos, te quedas perplejo: que si una r'eplica perfecta de una parte de Venecia, que si otra r'eplica de la Fontana de Trevi de Roma, otra de la torre Eiffel, que si montanhas rusas, barcos piratas con su mar y su pueblo costero y su cueva del tesoro, la fuente de los mil millones de chorros de agua... A t'o lo que da. Todos estos casinos, Bellacquio, Circus, Casino Royal, Caesar Palace, Wynn, Treasure Island, Mirage, Venetia, etc... Son una barbaridad de edificios. Son enormes, seres autosuficientes con vida propia. Lo tienen todo: casinos, hotel, bares, restaurantes, tiendas, discotecas, cajeros autom'aticos... Puedes llegar a uno un lunes, y no salir del mismo en toda una semana, y no sentir'as necesidad alguna. Puede que de alg'un signo de vida real en el exterior, de ver la luz solar y respirar aire puro, pero eso ya depende de cada uno. Y, por cierto, parece que la crisis a esta loca y extranha ciudad no haya llegado, porque no paran de seguir levantando casinos y hoteles gigantescos. Son tremendas las inversiones que se meten por aqu'i, la cantidad exagerada de d'ollares que mueve este lugar creado en mitad de un jodido desierto.
Bueno, a ver, a qui'en le gusta la comida basura?? A m'iiiiii!!! C'omo nos pusimos de burgers esa semana! De burgers y de patatas fritas, batidos, pizzas, Dr. Pepper... Gocico. Wendy's, Jack in the Box, Burger King, Denny's, Carl's Jr., McDonalds... Y alguno m'as que ahora no recuerdo. Good shit, brotha! El mejor de todos, calidad-precio, sin duda alguna: Wendy's!!! Uuuummm, qu'e rico! A ver si alguno se lanza y trae la franquicia a Espanha. Pensando en ello me entra el hambre, que todav'ia no he desayunado. Hace ya m'as de dos meses que no catamos un McDo, desde Bangkok. Hay ganitas. Pero tambi'en he de decir que me hace ilusi'on y felicidad el haber conocido pa'ises en los que la maldita mutinacional americana todav'ia no ha desembarcado. Porque lo har'a. Y el sudeste asi'atico perder'a encanto y magia, como ya lo ha perdido la explotad'isima y casi occidental Tailandia.
En Las Vegas hicimos el pack completo (o casi): dorm'iamos en el t'ipico motel de carretera americano, que era de peli tambi'en, y en el que seguro que hab'ia vecinos convictos y gente perdida que hab'ia llegado a la ciudad no para vivir, sino para morir, como Nicolas Cage en Living Las Vegas; jugamos en varios casinos a las cartas y los dados; nos fuimos de fiestuqui a varios clubes; tuvimos nuestra jornada de (humildes) compritas; jugamos al beer-pong en mesas ''oficiales'' y las dos veces les metimos a los yankees, que no se cre'ian que nosotros no jug'abamos en Espanha a su deporte favorito no profesional; y finalmente, gracias a Dios, fuimos a un club de striptease. Qu'e divertido! Aunque las atrapadas en los casinos te limitan mucho el tiempo para hacer otras cosas. All'i dentro no hay horarios, est'an abiertos 24\7 (24 horas al d'ia, 7 d'ias a la semana), y en las paredes no hay nunca ni una sola ventana para que entre la luz narutal, ni un solo reloj para comprobar qu'e hora es. Es como un bunker de lujo, donde lo 'unico que quieren es que te sientas bien, pases muuuucho tiempo sin darte cuenta, y, ya de paso, que pierdas todos tus ahorros. Si te gusta el juego, Las Vegas puede ser tu perdici'on. Adem'as, mientras juegas en las mesas, van pasando camareras a diestro y siniestro que te ofrecen bebidas gratis. As'i que si has perdido todas, al menos vas mojando tus penas en el alcohol. Dependiendo del croupier que te toque, las partidas pod'ian ser muy risas o un largo infierno. A veces, en 5 fatales minutos hab'ias perdido la pasta que supuestamente te ten'ia que durar unas horas, y otras veces, un solo dollar te pod'ia durar casi toda la noche. La suerte, le llaman. Nosotros cuatro, en los tres d'ias que pasamos all'i, perdimos todos pasta. Unos m'as que otros, dependiendo de lo que le gustaba jugar a uno, y de la dichosa fortuna. Excepto Anita, que la 'ultima manhana se fue sola a otro casino y pudo recuperar toda la pasta que hab'ia perdido esos d'ias. Yeaah! Yo la verdad es que tampoco perd'i mucha pasta (ninguno lo hicimos), pero es que tampoco me apasiona el juego. Aunque tengo que decir que all'i s'i me gust'o. La puta movida engancha. Hay que tener mucho ojo y una cabeza fr'ia para no liarte y perderlo todo.
He dicho que no hicimos el pack completo por poco. Qu'e nos falt'o?? Un tattoo y un bodorrio!!! La ciudad, adem'as de casinos, hoteles y tiendas donde venden todo tipo de alcohol, est'a plagada de estudios de tatuajes y de pequenhas capillas para casarse modo expr'es. Lo del tattoo lo barajamos, y preguntamos, pero al final no nos lo hicimos. Los tipos son listos y abren toda la noche, como las capillas, de ese modo, toda la penha que va toda ciega, pasa por un garito de 'estos a las 3 in the morning y se viene arriba. Ya sab'eis el lema de la ciudad, no? ''What happens in Vegas, stays in Vegas''. Lo que me parece muy bien y muy acertado. Saben c'omo venderse. Pero no tengo tan claro, y seguro que miles de persona que han pasado por all'i estar'an ahora de acuerdo conmigo, que, en caso de casarte con alguna p'ajara o p'ajaro, o de volverte a casa con un pedazo de tattoo en la espalda tipo: ''Yo amo el jam'on, huntadito con tomate. Yo amo el jam'on, es la hostia y el cop'on'', todo lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas... Porque te lo llevas contigo a casica!! Cuidadooorrr!!! Y, por eso mismo, no hubo boda!!! Oooooh..... Anita y Javi, Javi y Anita, hab'ian hablado del tema boda en Las Vegas. Estuvimos como dos meses hablando del asunto, aunque hay que decir que antes de pisar los States ya ten'ian claro que de boda nada de nada. Hubiera sido tremens: los cuatro vestidos anhos 70 (rollo la peli de Blow), con bigotes, flequillos y toda la pesca, Leo siendo el padrino de Anitosss, yo siendo el de Pinha, un cura vestido de Elvis, un par de homeless borrachos y otras tantas stripers como invitados, camisetas, gorras y hasta tazas de caf'e con las fotos nupciales... Todo el kit! Lo m'as t'ipico y grotesco de Las Vegas reducido a 10 (inolvidables) minutos de esperp'entico casamiento. Qu'e le vamos a hacer, pero a m'i me dio pena que no se casasen.
Aunque, a falta de tattoos y boda, ya he dicho que s'i fuimos a un club de striptease, y vaya club, senhores! Era uno de los dos mejores de la ciudad (porque hay muchos y de toda calanha), y ten'ia un premio de hace un par de anhos de ser el mejor del pa'is (o algo as'i). Vaya garito! Y la llegada al mismo no pod'ia ser de otra manera, oigan: llegamos los cuatro en una limusina negra que te mueres!! As'i s'i!! Nos recogi'o a las 4 de la manhana en la puerta de un casino, y 5 escasos minutos despu'es, ya est'abamos en la puerta del club. Cinco minutos, cien fotos que sac'o Anita. Qu'e despliegue! Sacando la cabeza por la ventanilla del techo, tumbados de todas las maneras posibles, cualquier foto val'ia en esos instantes de subid'on. Lo que no hab'ia ni media birra en toda la limusina, aunque ya lo esper'abamos. Porque no os cre'ais que pagamos este servicio, no. La limusina para llegar al club era gratis, las entradas para el club tambi'en las sacamos gratis, y hasta alguna consumici'on m'as. No nos lo pod'iamos creer!!! Pero claro, luego entras, ves el percal, y ya entiendes por qué te dejan casi todo gratis hasta llegar all'i: las mujeres que trabajan en ese celestial lugar est'an buen'isimas, no, lo siguiente. Bufff!!! Creo que nunca en mi vida hab'ia visto a tanta fresca junta, en persona, y en el mismo lugar y al mismo tiempo. Nos faltaban ojos (a Anita tambi'en). Por eso mismo, los t'ios pueden entrar todo lo gratis que quieran, porque los duenhos saben que luego se las van a dejar todas en consumiciones, propinas, bailes privados y dem'as servicios ofrecidos en el amplio, oscuro (y
lleno de cortinas) local. No miento ni exagero, y ya acabo con esto, pero all'i hab'ia mujeres preciosas, tremendas, que parec'ian actrices o modelos, y que bailaban y se mov'ian en la barra de una manera espectacular, que te dejaban mirando sin pestanhear y sin poder cerrar la boca. Y ya no hablemos de cuando se te acercaban a charlar...
Fueron tres d'ias muy divertidos y de no parar. Y nos hubi'eramos quedado m'as tiempo all'i (danger, danger!), pero era imposible, y creo yo que fue suficiente. As'i que los cuatro a la furgoneta y camino de vuelta. Quer'iamos ver el Gran Canh'on, pero no puedo ser: a la ida llegamos muy pronto, amaneciendo y sin informaci'on suficiente, y a la vuelta necesit'abamos descansar despu'es del ritmo de Las Vegas, y nos quedaba de nuevo un largo viaje hasta Dallas. No vimos el Gran Canhon pero s'i que tuvimos la oportunidad de ver bien de cerca a la polic'ia norteamericana: multica que me metieron saliendo de Las Vegas. Que no falte! Bueno, hay que decir que solo fue un warning por correr un poquito, y no hubo sanci'on. Pero qu'e susto me di'o el amigo madero! Para que el viaje hubiese sido completo del todo y totalmente yankee, s'olo nos hubiera faltado que nos pillase un tornado de camino por alguna de esas interminables llanuras. No hubo twister esta vez, tranquilos.
Deshaciendo el camino que hicimos a la ida, y tras otras tantas horas de coche, llegamos a Dallas, y m'as concretamente al American Airlines Center con tiempo de sobra. Qu'e hac'iamos all'i? Nada m'as y nada menos que ver un partido de la NBA. I love this game!!! Vimos a los que eran los actuales campeones de la Liga, el supuestamente mejor equipo del mundo de ese anho: los Dallas Mavericks!
Los norteamericanos tendrán muchas cosas chungas, pero una de las buenas que tienen es que son unos amantes del deporte, y otra de ellas es que saben cómo montar un buen show. Un claro ejemplo de ello es un partido de la NBA. El himno nacional cantado por una pájara, las presentaciones de los jugadores como si fuese el último partido en la Tierra, el speaker que tiene más tablas que una plaza de toros, los concursos y juegos con el público en cada parón del juego, las cheerleaders que a diferencia de España sí que saben bailar, la mascota molona e hiperactiva que hace mortales con un trampolín para luego acabar en mate, las escopetas que lanzan camisetas a las gradas, las birras gigantescas y las bandejas de nachos con queso XXL... Todo es parte importante del partido, del espectáculo, y la verdad es que te pegas ahí dentro como cuatro horas en total y ni te enteras.
Vimos auténticos jugones como Dirk Nowitzki, Shawn Marion, Vince Carter, Delonte West, Terry, Jason Kidd y Thompson, un blanquito de los Pacers que no conocíamos pero que enchufaba tripes con una facilidad pasmosa. Al final los Mavs cuando apretaron un poco el acelerador en el cuarto cuarto, ganaron de diez sin problemas y Dirk sin hacer ni el huevo, de vacances. Pero bueno, ¿¿a quién le importaba el resultado??
Y ahora sí, después de esta vertiginosa semana en los States, cruzamos el Pacífico, algo que nunca había hecho, y por fin llegamos a Asia. Y más concretamente a Tokio. Uuufffff... Amigos, hay veces que los sueños se hacen realidad. ¡Hay que perseguirlos! Y escribiendo esto, cinco meses después de estar allí, se me ha puesto la piel de gallina en todo mi cuerpo.
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