M'ejico es un grand'isimo pa'is. Cojonudo. Estuvimos en DF, Pachuca, Playa del Carmen, Palenque, San Cristobal de las Casas, Puerto Escondido y Mazunte. El norte no lo tocamos porque el horno no est'a para bollos por ah'i, y nos recomendaron mejor no pasar, y porque no hab'ia m'as tiempo, dicho sea de paso. Pero tengo que decir que, en ning'un momento, tuvimos noci'on ni rastro del horror que est'a sufriendo el pa'is por culpa de la escandalosa y sangrienta guerra de narcos durante los 'ultimos anhos. Nos trataron de maravilla.
M'ejico lo tiene absolutamente todo: historia, cultura, una gente encantadora, una comida tremenda, playas impresionantes, buenas fiestas, y todo, todito, todo a muy bien precio. Nos sorprendi'o mucho, para bien. Para m'i ha sido el pa'is de mejor calidad-precio donde hemos estado. Gran alojamiento, gran servicio, de muy buena calidad y a precios muy bajos. Una gozada de mes que pas'o muy, muy r'apido, y un lugar donde no nos hubiera importado pasar m'as tiempo. Ten'ia muchas ganas de M'exico, personalmente, y como con Argentina, ha cubierto mis altas expectativas, y con creces. Ha sido, sin duda alguna, una de las mejores paradas de este viaje. Espero volver a verte, M'ejico lindo!!! Y ahora, voy a hablar de 'el en forma de c'apsulas, de pequenhas burbujas, de lo que m'as me gust'o o m'as impresion'o en el mes que pasamos all'i. Y de mis perladas. Que no falten. Vamos con los bullets:
- Vuelo Sao Paulo-M'ejico DF: ya soy fan de American Airlines. Qu'e nivelaco! Me sent'i como un cr'io con juguetes nuevos: pantalla personal delante de cada uno, pel'iculas, series, videojuegos, m'usica... No pegu'e ojo en toda la noche que dur'o el viaje. Y es que, comparado con Iberia, todo sabe a gloria.
- Ruinas: M'ejico es un pa'is con una rica historia, y 'esta se ve reflejada en las numerosas ruinas mayas, aztecas y de otras 'epocas que hay diseminadas por todo el territorio. Estuvimos en tres de ellas: Teotihuac'an, Chichen Itz'a y las de Palenque. Las primeras est'an a las afueras de DF y son las de mayor extensi'on de las tres. Lo m'as destacable es subir a las pir'amides del Sol y de la Luna. Y desde all'i arriba, contemplar todo el paisaje de la antigua ciudad, y cargar de nueva y positiva energ'ia tu maltrecho esp'iritu. Tambi'en caminamos por la Calzada de los Muertos donde (supuestos) chamanes te ofrec'ian r'apidas y bastante dudosas purificaciones. La verdad es que subirse a una de esas pir'amides y descansar un rato en lo alto, sobre sus milenarias piedras, le deja a uno muy tranquilo. Lo 'unico negativo de ese d'ia fue el calorazo exagerado que hac'ia, y la cantidad de penha que hab'ia. Demasiada. Para subir a la del Sol, tuvimos que hacer cola durante un rato, como en las rebajas. Y esa masificaci'on de gente hace que todo pierda encanto. Las de Chichen Itz'a las vimos de camino hacia Palenque (creo). Y no tuvimos mucho tiempo, porque llegamos justos y casi nos cierran. Lo que m'as ilusi'on me hizo fue ver otra pir'amide, quiz'a 'esta sea la m'as famosa del pa'is. Es la de Fukulam. Tengo su foto como fondo de escritorio del port'atil desde el primer d'ia que ten'ia claro que iba a hacer este viaje. Tambi'en me hizo mucha gracia el poder ver d'onde jugaba esta gente a su m'itico juego de meter un bal'on por el arco. S'i! Ese arco de piedra, pegado al muro, en lo alto. No s'e c'omo se la apanhaban estos gachos parar meter una bola por ese agujero, porque no es muy grande que digamos, porque est'a como a unos 8-10 metros de altura, y porque no utilizaban las manos para jugar! Que los notas le daban con la cadera!! Muy fieras, punter'ia de diez. Y por 'ultimo, pero no por ello menos mol'on: las ruinas de Palenque. Fueron las que m'as nos gustaron. Por qu'e? Porque estaban en mitad de la jungla. As'i de simple. La frondosidad, lo salvaje y el verde de la selva, le dan mayor belleza, encanto y rollo a los antiguos templos. No es igual que pasearse por un secarral, lleno de arena, polvo y r'ios de gente. Nada que ver. El ninho de la selva!!!
- La vieja palmera: ese d'ia, mirando a una vieja y seca palmera, me puse a pensar en las horas, en los d'ias, quiz'a semanas, en que no hab'ia llovido. Y me preguntaba si la marchita palmera, adem'as de sentirse necesitada, sedienta, ansisosa por recibir ese agua que le da la vida, no se sentir'ia tambi'en sucia, fea y acomplejada. Y quise pensar que s'i. Y que cuando lloviese y recibiese ese l'iquido para nutrirla por dentro, tambi'en la limpiar'ia por fuera, y le quitar'ia esa inc'omoda capa de polvo, arena, humo y suciedad que la cubr'ia, y ella, la vieja palmera, volver'ia a sentirse m'as bella, limpia, radiante y feliz. Y entonces, volver'ia a estirarse erguida, toda recta, orgullosa, hacia el cielo de azul claro.
- Papeo y bebercio: tacos, quesadillas, burritos, tortas, alambres, guacamole, chapulines, fajitas, enchiladas, chelas, pulque, mezcal y tequila. Todo lo probamos, todo est'a riqu'isimo, y casi todo pica! C'omo les gusta lo del picante a estos t'ios. Recuerdo que un d'ia me pille unas Ruffles Queso. Bueno, no s'e d'onde se dejaron el sabor a queso, pero las putas patatas picaban como el demonio! Despu'es de sufrir como un masoca, s'olo me ven'ia una pregunta a la cabeza: ''C'omo diablos ser'an las Ruffles Jalapenho????''. El caso es que nos pusimos las botas durante todo el mes. Puestos callejeros, restaurantes, chiringuitos o cantinas, todo vale y cualquiera te ofrece buena calidad. Durante esos 30 d'ias empezamos a recuperar parte de los kilos que nos hab'iamos dejado en Brasil. Lo que no vino naaaaada mal.
- Agabe: cap'itulo especial para esta planta sagrada, que es del tipo del c'actus, para el que no lo sepa. De ella se extrae, nada m'as y nada menos que, el pulque, el mezcal y el tequila. No te digo n'a y te lo digo t'o. Y por favor, mejicanos: no dejen que desaparezca el pulque! Nos contaron que estaba de capa ca'ida, que ya casi ni se toma ni se produce, pero a nosotros nos encant'o. No se deben de perder las tradiciones de un pa'is; al menos, las buenas.
- Frida Khalo: visitamos su Casa Azul (y la de su marido) en DF. Yo, sinceramente, no conoc'ia la vida de esta buena mujer. Me impresion'o. Vaya cojonazos que ten'ia la amiga. Qu'e fuerza, qu'e personalidad, y qu'e carisma. Me gust'o mucho una frase suya que solt'o cuando le preguntaban por las continuas infidelidades de su marido: ''Quizá esperen oír de mí lamentos de ‘lo mucho que se sufre’ viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr''. Ojito con Frida!
- Los amigos de Pachuca: les conocimos cuando est'abamos a punto de irnos de Teotihuac'an. Nos empezaron a hablar y nos ofrecieron de su pulque. Y ya no nos separamos hasta el d'ia siguiente. Qu'e majos! Nos invitaron a Pachuca a pasar la tarde y la noche y all'i que nos fuimos todos metidos en su coche. 'Ibamos 8 en uno de 5 plazas. Con bien de pulque en las manos para el camino, y con la polici'a al lado y sin decir ni m'u. Moooola. Con ellos bebimos pulque, cerveza y tequila, charlamos, nos emborrachamos, cantamos y bailamos. Fue una inesperada pero gran noche, como suele pasar en estos casos. La gente acab'o a cuatro patas (literalmente). Adem'as de simpatiqu'isimos y de ser muy buena gente, eran una familia de artistas. Juan Manuel es escultor, Greta Luz es una magn'ifica pintora (t'enganla en cuenta, ya est'a en la Red, vean su obra), y su hija con tan solo 14 anhos ya es una pedazo de escritora, buen'isima. A ellos, y al resto de la tropa, y a todos los mejicanos buenos y carinhosos que hemos ido conociendo en todas partes del pa'is: muchas gracias, un placer!! "Salud, salud, salud!!''.
- Monos aulladores: est'abamos paseando por las ruinas de Palenque, en mitad de la jungla. Cuando empec'e a escuchar un sonido de fondo, cada vez m'as alto. No sab'ia qu'e pod'ia ser. Ven'ia de cerca, detr'as de los largu'isimos y frondosos 'arboles. Parec'ia que era el sonido producido por los dichosos juguetitos que vend'ian en cada esquina, y que, soplando, imitaban los rugidos de un jaguar. Pero entonces, un gu'ia pasaba con dos guiris, y yo puse la oreja como de costumbre, que siempre se rasca algo y nunca viene mal. El sonido que proven'ia del interior de la selva lo estaban haciendo unos monos! No me lo pod'ia creer: era un zumbido bestial. Me emocion'e, empec'e a gritar a 'estos, que estaban subidos a otra ruina diferente a la que yo estaba, y r'apidamente, nos dirigimos corriendo hacia el ruido. Bueno, pues no vimos a los monos aulladores. Shit! Pero los pod'iamos escuhar perfectamente, estaban ah'i, cerquita. Flipamos mucho. Parec'ian m'as los rugidos de un felino que el sonido de un mono. Impresionante. No se me olvidar'a nunca esa extranha sensaci'on de inquietud al escuchar ese eco tan peculiar. Hac'ia un calor tremendo ese d'ia, con el Sol castigando fuertemente en todo lo alto. La legi'on de monos aulladores clamaba al cielo por un poco de agua que los refrescase.
- Lucha libre: fuimos una noche en DF a presenciar varias peleas. No pod'ia faltar! Despu'es de pasar media tarde en una cantina, con tequila de por medio, y con las entradas y las m'ascaras ya compradas desde por la manhana (y ya puestas en el taxi de camino al pabell'on de deportes), est'abamos totalmente preparados para una noche de lucha libre mexicana. Y, amigos, qu'e malos eran!! Muy, muy paquetes. Hubo varias peleas, de peor a mejor nivel, y menos los 'ultimos, all'i no se salvaba nadie. Nos dijeron que hab'iamos pillado un d'ia flojo. Joder, flojo. Si yo tengo m'as gracia peg'andome: al menos me caigo mejor. Aun as'i el level de los luchadores era lo de menos, porque la gente que va all'i no va a ver lucha. No, senhor. Ah'i la penha va a quitarse el estr'es, va para insultar al personal, para desquitarse de sus males cag'andose en todo lo que pueda sacar por su linda boquita. Para meterse con los luchadores buenos, los malos, el 'arbitro y las familias de todos ellos. As'i, de esta manera, se quitan todo el mal rollo acumulado de la semana, los agobios, la hipoteca, el jefe nazi, o la falta de sexo. Pero es que la movida est'a muy guapa!! Cuando llev'abamos dos minutos y vimos el percal, empezamos a hacer como ellos, y eso fue un no parar de burradas y cebatiles varios. Se me da bastante bien, la verdad. Dejamos buenas perlas en el ambiente y los mejicanos de cerca nos las aplaudieron con muchas ganas. A m'i no se me olvidar'a nunca una frase escuchada all'i. Que no ten'ia mucha miga, la verdad, pero es que un pavo que ten'iamos justo delante no paraba de gritarla como un loco, puesto de pie, cada cinco martilleantes minutos: ''Referee!!! Chingas a tu madreee!!!''.
- Playa del Carmen: Recuerdo sus aguas c'alidas y completamente celestes. Un mar de revista de viajes. Y los partidos de f'utbol-playa contra los mejicanos, que les d'abamos pal pelo, como no pod'ia ser de otra manera. Y me acuerdo tambi'en del MegaChiringuito. Ojito. El m'as grande del mundo. Monstruoso. Ten'ia como dos cocinas, mesas en la playa, terraza interior, una barra de 360 grados repleta de pantallas planas como para regalar, m'usica en directo, pantalla gigante al fondo del todo, otra terraza exterior arriba, carta de men'u y buffet libre, y todo lo que se te pueda pasar por la cabeza ahora mismo. Vaya garitazo. Ese chiringuito playero ten'ia m'as staff currando a la vez que toda la FNAC de Callao.
- El bicho de mi pie: podr'ia escribir un post enterito s'olo hablando de mi bicho, El Bicho, porque vaya movidote. Todo empez'o en Playa del Carmen, una noche que salimos y algo me debi'o de picar o de morder en mi pie izquierdo. No tuve el gusto de conocer al insecto en cuesti'on, ni siquiera le pude ver su m'as que probable cara de alien'igena, pero algo chungo deb'ia de ser. La cuesti'on es que a partir de esa noche, mi pie no era el de siempre, algo hab'ia cambiado: un extranho veneno recorr'ia uno de mis dedos, dejando una marca, una especie de vena color rojo, como recuerdo. No ten'ia buena pinta la cosa, ni mucho menos, pero el asunto parec'ia estar controlado. Lo parec'ia. De pronto, el maldito veneno (o el mism'isimo bicho desplaz'andose bajo mi piel, que no lo ten'ia yo muy claro) empez'o a correr m'as r'apido, y cuando me quise dar cuenta, ya se hab'ia extendido al resto de los dedos del pie, uno por uno, exceptuando el gordo, que resist'ia como un jabato. La movida acojonaba. Ahora s'i. Daba un poco de miedo porque era algo nuevo, y desconocido, y la verdad es que no me apetec'ia que me amputasen un pie por culpa de un puto bicho cabr'on. Lo mejor (de mejor nada) estaba por llegar: el rastro rojo que dejaba el veneno (o el bicho), pronto se torn'o cada vez m'as grueso y asqueroso, con volumen, de un color trasl'ucido... El rastro del veneno se estaba convirtiendo en ampollas. Flipas. Mu rico. Movidote. Suena fatal, lo s'e, pero visto todav'ia era peor. Todo este proceso dur'o varios d'ias, semanas, y cada vez ten'ia peor pinta el enfermo, porque el veneno (o el bicho!) se extend'ia por toda la parte superior del pie, como trazando pequenhas carreteras de un mapa, de un lado hacia otro, como buscando algo, hasta llegar a la altura del tobillo. Mi pie daba asco. Y 'estos, el Equipo, flipaban mucho, claro. Yo les ve'ia c'omo miraban mi pie, las caras que pon'ian, y digamos que tranquilidad no me transmit'ian. Pero yo, aunque repito que alg'un d'ia que otro s'i que me llegu'e a rallar un poquinho, como soy bastante huev'on para estas cosas, y como las medicinas no es lo que m'as gracia me hace, sab'ia (confiaba) que en el fondo no era grave, porque ni me dol'ia, y que tarde o temprano mi sistema inmunol'ogico acabar'ia con el veneno y lo expulsar'ia de mi cuerpo. Quer'eis saber el final??? Acert'e!! OEOEO'E! Mi pie volvi'o a tener un aspecto normal, al menos el de un ser humano. Eso s'i, como tres meses tard'o en desalojar mi pie el okupa y macarra veneno. Lo que tengo claro es que no me olvidar'e nunca de esa picadura, y tengo varias fotos muy guapis durante el proceso para aquellos intr'epidos que est'en intereados. Pero desde Myanmar ya estoy bien. Mis pies volvieron a ser Happy feet.
- Cenote Dos Ojos: cerca de Playa del Carmen fuimos a un cenote a hacer snorkel. Qu'e es un cenote? No, no es una cena a lo grande. Es una masa de agua dulce que puede estar al aire libre y bajo tierra, como en una cueva. Con un gu'ia, las gafunis, las aletas, y una linterna cada uno, nos sumergimos en el medio l'iquido y nos metimos en la m'as oscura cavidad. Grutas estrechas, salas m'as grandes, zonas al aire libre donde los rayos del Sol golpeaban en el agua para mostrar su color azul claro, otras zonas realmente oscuras donde daba miedete meterse, estalactitas y estalagmitas, pequenhos y miedosos peces, y siempre presente, un agua totalmente cristalina. Oh yes, el cenote fue un pasote! Otra gran experiencia, que al principio daba un poco de cague porque nunca sabes a qu'e tipo de bicho te puedes encontrar paseando bajo tierra, pero que luego te vas relajando, te olvidas de todos tus miedos, y disfrutas como una sirena buceando entre cuevas de piratas.
- Terremoto: segundo se'ismo serio que sufrimos este viaje (el primero fue en Santiago), y segunda vez que no nos enteramos de nada. Y en 'este no 'ibamos borrachos. Conste! Fue en DF, a media manhana, y nosotros est'abamos en el hostal al punto de salir. 7,8 grados!!! Senhores, eso es un cebatil. En el anho 85 hubo uno tambi'en en DF, de 8,1, y mat'o a 10.000 personas. Esta vez s'olo hubo un herido. El epicentro estaba m'as alejado de la ciudad, y era mucho m'as profundo que en el del 85. Menos mal. No hubo muertos pero s'i que se reflej'o en el mobiliario de la ciudad. Nosotros no d'abamos cr'edito cuando lo vimos luego en la tele, o las fotos de los peri'odicos, o cuando la gente nos contaba lo mal que lo hab'ian pasado cuando se tambale'o todo su edificio, como si fuera una torre de naipes. Una vez m'as (y que siga la racha), tuvimos bastante suerte. Y qu'e conho! Hace falta m'as que un 7,8 para derrocarnos!
- El entierro de la tortuga: una manhana, en la playa de Mazunte, hab'ia un tortuga en la arena. Como de un metro de largo y unos 30 kilos de peso. Muerta. Y all'i mismo que la enterramos, el vigilante de la playa y tres curiosos m'as que le ayudamos. Nadie sab'ia de qu'e hab'ia muerto, pero la verdad es que daba penita. Tal vez volvi'o a morir a esa playa porque es donde iba a poner sus huevos; o, simplemente, fue la marea la que la deposit'o all'i, ya muerta; o, quiz'as, en esta misma playa se enamor'o de una bella y graciosa tortuguita, cuando era joven (como 150 anhos antes), y desde ese mismo d'ia, se jur'o a s'i misma que, con su amada o sin ella, volver'ia a esa playa, y yacer'ia en esa arena. Por qu'e no? Hay que ver lo rom'antico que me pongo con las tortugas.